Tomarse un tiempo para mirar a tu alrededor. Observar la situación desde otra distancia. Alejarse, para ver las cosas con mayor claridad. Preparar el siguiente paso, que nos lleve a la victoria.
El destino de un hombre no está marcado. Cada uno debe hacer su propia muesca en el tablero. Realizar algo tan grande que nos supere, para que el pasado se muestre desnudo, antes de nuestra llegada.
Las diferentes mascaras que ocultan la verdad. La realidad, que se aleja de lo comprensible. Diferencias gigantescas entre lo que somos y lo que queremos mostrar. El miedo, es el único eslabón que nos puede hacer igual.
El infierno se encuentra muy cerca de nosotros. Tal vez en nuestro interior.
La promesa a nuestra conciencia nunca puede ser rota. Nuestro mayor juez, no abandona su lugar en nuestra mente. Buscar nuestros propios principios, arrastra un compromiso, mayor que cualquier compromiso.
Imperceptibles detalles que conforman la realidad. El dolor y la belleza, viviendo en un solo elemento. Las lineas lejanas son el comienzo para el viajero. Toda recupera el sentido al observar el conjunto.
Aún nos queda mucho por aprender, antes de llegar a ver.
La inquietud nace de nuestro interior. Algo nos arrastra hasta el fondo del alma, donde se mezclan los sueños junto a los recuerdos. La posibilidad de comprender que se oculta tras el enigma de la vida, nos incita a dar un paso más.
El nacer genera una duda, que jamás será respondida.
Hacer que el mundo entre en tu cabeza. Encoger las ideas hasta que puedan surcar en una sola pincelada. Vivir como un artista, porque no existe otra forma de hacerlo. Y sin embargo, la vida es una tormenta.
Para Óscar Domínguez, el mundo siempre fue demasiado pequeño.
Cuando el arte se convierte en realidad, la obra se hace parte de la historia. El bronce, al alcance de las miradas, del aire y el tiempo, no pierde su esencia. La escultura, en su defecto, se culmina.
La imagen de un sólo hombre, es capaz de arrancar todo el romanticismo a la más honrosa batalla. Nada puede ser legítimo, después de la muerte de un ser humano. La sangre, no es el precio por el que hemos de pagar. Es la linea que jamás debemos cruzar.
La fotografía siempre revela lo peor de todos nosotros.
La memoria de un hombre que intenta desligarse de la culpa. La vida de un escritor, contada como una novela. El final debe ser contado mucho antes que sucede. Todos conocemos el precio de nuestros pecados.
Nadie sabe que hacía un leopardo en la cumbre del Kilimanjaro.
Cuando la idea se convierte en tragedia. El momento en el que se sueño se convierte en pesadilla. La verdad puede vivir disfrazada, pero siempre habrá alguien que nos cuente la realidad.
En nombre del progreso, el ideal se convirtió en genocidio.
El poder de una idea, que va más alla de nuestros propios intereses. La necesidad de ser algo más que un individuo perdido. El honor, los ideales, la libertad, nunca han tenido garantía.
Debemos aprender a defender, lo que otros ganaron por nosotros.
Cuando se ha perdido la esperanza, dejas caer tu peso. Parece que el suelo es un profundo foso, que jamás tendrá fin. Todo lo que siempre has imaginado sobre nuestra naturaleza transcendental, queda en falacia.
Pero siempre una mano amiga, recompone los pedazos. Nos reconcilia con la vida.
Dejar testimonio de lo que fuimos. El peso de los miedos, los errores y las alegrías que hemos sembrado y compartido. Al final sólo queda el recuerdo. Porque es en la memoria donde el amor nos hace inmortales.
Vencer lo inevitable depende de otros. Únicamente tú, puedes recordarme.
La verdad desnuda, aunque nos duela. Sinceridad es sinónimo de belleza. Es posible que nos digan lo contrario. Que hagan referencia a la mentira, como forma de disfrazar una hiriente realidad. La mentira, como bálsamo de los males.
Velazquez se niega a ocultar, lo que existía mucho antes que nosotros.
Contar un fragmento de la historia, es hacernos parte de ella. Tocando todos los géneros posibles, como sucede cada día. Una historia de amor, que jamás termina. La amistad, que tal vez comienza. Una ciudad, para siempre.
Bogart perdió un avión, pero ganó un hueco en nuestro corazón.
Encontrar otra opción para ver la vida. Ser el propio creador de la realidad que nos encoge. Inventar las reglas que nos limitan, para poder ser libres. Nadie puede decirnos que debemos soñar.
La naturaleza de ser artista, haciendo de la vida un lienzo.
Saber que somos parte de todo. Dibujarnos como una única figura, que nos mantenga en equilibrio. Hacer de la realidad una parte y todo lo que vemos. Acercarnos tanto al mundo, que jamás volvamos a ser iguales.
Imaginar que todo puede ser arte, puede llegar al absurdo. La capacidad humana para inventar, nos supera cada instante. La necesidad de tratar la muerte como un tabú, no siempre es compartida.
Gunther Von Hagens, ha puesto los límites un poco más lejos.
La creatividad de un hombre que fue más allá de la realidad. Nacido en un tiempo que le quedó pequeño. Vivió entre hombres que quinientos años después aún lo admiran, pero no lo comprenden.
Como hacer entender a un ciego, el color azul del cielo.